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En honor a Gabriel Garcia Marquez, premio nobel de literatura, y en función de su reciente fallecimiento (17 de abril del 2014), hago una selección de sus cinco mejores cuentos (entendiendo siempre que es mi gusto personal la medida), publicados dentro de su obra: 12 cuentos peregrinos (1992), obra sobre la cual el propio autor confiesa: "Creo haber logrado así el libro de cuentos más próximo al que siempre quise escribir".
Así, empezamos con orden del mejor hacia los buenos (nunca malos) selección de cuentos escritos por el Gabo:
1. El rastro de tu sangre en la nieve.
El mejor cuento de dicha obra, porque pone en relieve la diferencia de nuestra visión de la vida (los latinoamericanos), donde el sentimiento muchas veces nubla la razón, y la diferencia esencial con los europeos más desarrollados, donde la norma y el sentido común priva sobre lo demás.
En el marco de una luna de miel europea luego de un matrimonio en Cartagena de Indias, , Billy Sanchez y Nena Daconte, integrantes de familias importantes colombianas, tiene un percance, en el cual Nena Daconte tiene una cortada, por la cual se va desangrando rumbo a París y deben llevarla a un hospital en Francia.
Billy no sabe comunicarse en francés y es su primera vez en Europa, por lo cual, tampoco entiende muy bien sus costumbres, así que una vez que ingresa Nena a la clínica, queda prácticamente incapacitado para comunicarse.
Debo decir que este cuento se ha convertido en una de mis pesadillas más recurrentes, que es la de impedir que pueda ver a mis familiares en un hospital, por una norma sin sentido para mí. Entiendo que sólo pueda estar uno en el cuarto, en todo tiempo, y con capacidad de verlo aunque sea a través de un espejo. Nunca entenderé un sistema de salud que piense que sin la presencia de los seres queridos alguien pueda mejorar.
El Gabo lo resume cuando el Embajador colombiano en París dice: "Entendió la ansiedad de Billy Sánchez, pero le recordó, sin perder la dulzura, que estaban en un país civilizado cuyas normas estrictas se fundaban en los criterios más antiguos y sabios, al contrario de las Américas bárbaras, donde bastaba con sobornar al portero para entrar en los hospitales. «No, mi querido joven», le dijo. No había más remedio que someterse al imperio de la razón, y esperar hasta el martes"
El valor familia va por encima del cumplimiento de horarios o normas y eso, es parte del concepto de la cultura latinoamericana que el Gabo supo exponer en este triste e impactante cuento.
2. El verano feliz de la señora Forbes
Narrada desde el punto de vista de un niño caribeño, conoce durante una estancia en Sicilia la diferencia entre la disciplina y el arte alemán, al arte de vivir italiano. Uno logra obediencia y el otro, deseo. Ambos mundos están listos para encontrarse. Y tal vez, como una metáfora adobada con referencias a la mitología clásica griega, crea una tragedia con referencias a la irresistible vida de la costa mediterránea.
Y sobre la importancia de no tratar de ser una mala copia de nuestros orígenes, sino de entenderlos con nuestro propio acento:
"La decisión de contratar una institutriz alemana sólo podía ocurrírsele a mi padre, que era un escritor del Caribe con más ínfulas que talento. Deslumbrado por las cenizas de las glorias de Europa, siempre pareció demasiado ansioso por hacerse perdonar su origen, tanto en los libros como en la vida real, y se había impuesto la fantasía de que no quedara en sus hijos ningún vestigio de su propio pasado. Mi madre siguió siendo siempre tan humilde como lo había sido de maestra errante en la alta Guajira, y nunca se imaginó que su marido pudiera concebir una idea que no fuera providencial. De modo que ninguno de los dos debió preguntarse con el corazón cómo iba a ser nuestra vida con una sargenta de Dortmund, empeñada en inculcarnos a la fuerza los hábitos más rancios de la sociedad europea, mientras ellos participaban con cuarenta escritores de moda en un crucero cultural de cinco semanas por las islas del mar Egeo".
3. La Santa
Describe dos personajes tan reales, que se hacen increíbles: Margarito Duarte y la propia Roma de los recuerdos del narrador.
Margarito Duarte lleva al cuerpo incorrupto de su hija a Roma, con la esperanza que el Vaticano la reconozca como una prueba de santidad, ya que la niña tenía once años de enterrada y estaba como si estuviera viva, con las flores en su mano, igualmente en perfecto estado.
Sin embargo, choca permanentemente con la burocracia eclesiástica, y el cuento discurre por su capacidad de soportar estoicamente el martirio, de continuar con su trabajo hasta lograr su objetivo. Deja un poco de aire de Sísifo, pero con costumbres de andino, junto a la descripción de una Roma donde los tenores y los pájaros cantores son los sonidos naturales de sus barrios.
Una de los mejores párrafos, nos explica lo inverosímil que a veces resulta la vida, que cuesta ser creída en la ficción:
"Miró a la santa en silencio por dos o tres minutos, cerró la caja él mismo, y sin decir nada condujo a Margarito hacia la puerta, como a un niño que diera sus primeros pasos. Lo despidió con unas palmaditas en la espalda. «Gracias, hijo, muchas gracias», le dijo. «Y que Dios te acompañe en tu lucha». Cuando cerró la puerta se volvió hacia nosotros, y nos dio su veredicto. — No sirve para el cine — dijo—. Nadie lo creería".
Una Roma y un personaje que van quedando en el recuerdo del autor.
4. Diecisiete ingleses envenenados.
Es la visión de una señora religiosa y costumbrista (de Riohacha, para más señas), llamada Prudencia Linero, que conoce Italia por primera vez, a través del puerto de Napoles, con el fin de cumplir su sueño: conocer al Papa.
Sin embargo, mientras conoce un poco más Italia, se va decepcionando rápidamente de lo que ve, tan lejano a la religión y más cercano a los vicios.
"Luego rodó contra la puerta la mesita de escribir y la poltrona, y puso por último el baúl como una barricada infranqueable contra el horror de aquel país donde ocurrían tantas cosas al mismo tiempo".
El cuento refleja la distancia que existe entre lo que soñamos como Europa y lo que es su vida realmente.
5. Maria Dos Prazeres
Sobre la soledad del emigrante y del viejo, que se siente aún más en medio de una sociedad que también se siente inmigrante en España.
La historia versa sobre una prostituta brasileña entrada en años, en Barcelona (Cataluña), mientras planifica su entierro y deja en orden todos sus asuntos, a falta de familiares o amigos cercanos.
El final es esperanzador, y le muestra que mientras se pueda respirar, aún hay vida y oportunidades.
Así: "En aquel instante, María dos Prazeres superó el terror de no tener a nadie que llorara sobre su tumba"
Una pequeña reflexión del Gabo sobre su propia muerte:
El prologo del libro, que per se se puede considerar como otro cuento, aunque autobiográfico, nos narra lo siguiente sobre su propia muerte:
"Soñé que asistía a mi propio entierro, a pie, caminando entre un grupo de amigos vestidos de luto solemne, pero con un ánimo de fiesta. Todos parecíamos dichosos de estar juntos. Y yo más que nadie, por aquella grata oportunidad que me daba la muerte para estar con mis amigos de América Latina, los más antiguos, los más queridos, los que no veía desde hacía más tiempo. Al final de la ceremonia, cuando empezaron a irse, yo intenté acompañarlos, pero uno de ellos me hizo ver con una severidad terminante que para mí se había acabado la fiesta. «Eres el único que no puede irse», me dijo. Sólo entonces comprendí que morir es no estar nunca más con los amigos".
Gracias, Gabriel, por tantos ratos agradables que nos dejaste en tus obras.
Si quieres ver la versión en vídeo de esta entrada, te dejo el enlace a Youtube:
cuentos
Doce cuentos peregrinos
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Gabriel García Marquez
Premio Nobel de Literatura
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